Fragmento extraído de http://www.terapia-ocupacional.com/articulos/Musicoterapia_utilizacion_actividades_musicales_psiquiatria.shtml
Tan profundo es el efecto de la música
sobre las emociones humanas y tan impresionantes los aparentes cambios que
algunas veces produce en la personalidad, que uno no se sorprende al encontrar
en la historia de la psicología y de la psicoterapia una cantidad considerable
de estudios referentes al uso de la música en psiquiatría.
En parte, el hecho de que la música se puede utilizar en una gran
variedad de programas de tratamiento se debe a su flexibilidad como arte. La música puede ser significativa en
diferentes edades y puede tener numerosas funciones en la sociedad (Davis,
Gfeller y Thaut 2000, pp.109-110).
Merriam ha nombrado las diez
siguientes funciones de la música:
(1) respuesta física, (2) comunicación, (3) expresión emocional, (4)
representación simbólica, (5) refuerzo de conformidad a las normas sociales,
(6) validación de instituciones sociales y rituales religiosos, (7)
contribución a la continuidad y estabilidad de la cultura, (8) contribución a
la integración de la sociedad, (9) placer estético, y (10) entretenimiento
(Davis, Gfeller y Thaut 2000, pp.58).
Algunas veces la gente describe que la
música suena como un sentimiento determinado. Por ejemplo, alguien puede
describir la música como triste, o quizás alegre. Alguna música puede hacer
pensar en algo concreto. Por ejemplo, una canción nos puede recordar algo que
pasó anteriormente (Davis, Gfeller y Thaut 2000, pp.110).
Ya que la música es un lenguaje
emocional que evoca pensamientos y sentimientos, puede ser un medio muy potente
para ayudar a los pacientes a ser más conscientes de sus pensamientos y
sentimientos, o para promover una conversación o una interacción social
(Unkefer 1990)
En los seres humanos las sensaciones
auditivas son capaces de facilitar la evocación de memorias y estados
emocionales complejos. Las personas se afectan básicamente por sus sensaciones
pero también por sus recuerdos y por lo que anticipan (Poveda 2000, pp. 83)
Los sonidos musicales obedecen a un
mundo simbólico infinito, ya que podemos utilizar la música para evocar
objetos, sueños, conflictos y/o deseos (Martín Herrero 1997, pp.228)
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