jueves, 21 de abril de 2016

Buscando referentes

Robert Wilson (Texas, 4 de octubre de 1941) es un director estadounidense de escena de vanguardia y dramaturgo, una persona polifacética en el mundo teatral. Se puede decir que Robert Wilson lo hace todo. Dirige obras de teatro y óperas, lo que significa que se le ocurre una idea y sigue a través de cada movimiento. Wilson diseña escenografía e iluminación, lo que significa que visualiza no sólo la gente en el escenario, sino también su entorno. Escribe el texto para obras de teatro y óperas, lo que significa que crea las ideas originales que motivan a cada acción y pensamiento que se presenta. Él pinta y esculpe y ha trabajado con los sonidos.

Lenguaje: El impacto de Wilson en esta parte del teatro es inmensa. Wilson hace evidente por qué el lenguaje es terriblemente importante y no puede pasarse por alto. “Bob cambia los valores y formas de las palabras. En cierto sentido, adquieren un mayor significado; en algunos casos, menos.” - Tom Waits

Wilson muestra la importancia de la lengua a través de todas sus obras y en muchas maneras diferentes. El atribuye su lectura de la obra de Gertrude Stein y escuchar las grabaciones de su habla con “cambiando su forma de pensar para siempre”.
Wilson ve el lenguaje y, hasta en sus mismos ingredientes, las palabras, como una especie de "artefacto social". El lenguaje no sólo cambia con el tiempo sino que cambia con la persona, y con la cultura. Usando no sólo sus experiencias de trabajo con niños con discapacidad mental, sino también la redacción de Christopher Knowles, un renombrado poeta autista, permite a Wilson atacar el lenguaje desde muchos puntos de vista. Palabras mostradas visualmente es otro método de Wilson utiliza para mostrar la belleza del lenguaje. A menudo sus escenografías, cubiertas de programas y carteles de graffiti con las palabras. Esto permite al público ver el "lenguaje propio" y no "los objetos y significados que se refiere a".
La falta de lenguaje se convierte en esencial para el trabajo de Wilson también. De la misma manera un artista utiliza el espacio positivo y negativo, Wilson usa ruido y el silencio.
Este énfasis en el silencio se muestra abiertamente en algunas de sus obras. Deafman Glance es una obra de teatro sin palabras, y su adaptación de la obra de Heiner Müllerque contenía un prólogo sin palabras de quince minutos. Holmberg describe estos maneras diciendo: "El lenguaje hace muchas cosas y las hace bien. Pero tendemos a cerrar los ojos a lo que el lenguaje no lo hace bien. A pesar de la arrogancia de las palabras -ellas gobiernan el teatro tradicional con mano de hierro- no toda experiencia se puede traducir en un código lingüístico”. El famoso dramaturgo del siglo XX, Eugene Ionesco, incluso fue más lejos por decir que Wilson "superó a Beckett" porque "el silencio es un silencio que habla". Este silencio en el escenario puede ser desconcertante para los miembros del público, pero sirve a un propósito. Wilson hace hincapié en cómo el lenguaje es importante por su eliminación. Este dispositivo del silencio es la forma de Wilson de responder a su propia pregunta: "¿Por qué es que nadie ve? ¿Por qué es que nadie sabe cómo mirar? ¿Por qué nadie ve nada en el escenario? ".
(SOLE: Estaría bueno contraponer a la instalación sonora, con algo así, sin sonido, transmitiendo un lenguaje por medio de la iluminación)

Iluminación: La parte más importante del teatro es la luz, según Wilson. Wilson está muy preocupado con cómo las imágenes se definen en el escenario, lo que tiene prácticamente todo que ver con la luz que se coloca sobre un objeto dado. Siente que el diseño de la iluminación puede realmente llevar la producción a la vida.

La luz asume siempre la función de un actor, y como tal es considerada por Wilson, que hace de ella el basamento que nos ayuda a escuchar y a ver. El libreto visual se convierte así, en una estructura literaria que organiza un vocabulario del espacio y la mirada: contiene lo que puede ser visto y el modo en el que la visión será modulada. La luz es omnipresente no sólo por la escena que crea sino porque, a modo de espejo, la escena se ilumina a su vez por dentro. A la luz que produce la escena responde la luz que se enciende en su interior. Las bombillas tienen su papel como actores, al igual que los neones: tubos fluorescentes suspendidos en el aire, creando mesas o asientos, dibujando contornos geométricos o columnas, o rasgando el cielo con sus rúbricas de colores. La luz como actor dentro y fuera de la escena.
La función de este libreto visual es estructural, su objeto es construir el espacio-tiempo de la escena y la mirada. En las obras de Wilson se presencia, ante todo, la escenificación del tiempo y del espacio creados por la luz. La luz ayuda a ver y a escuchar la escena que pinta, sin presuponer un espacio-tiempo previo, una cavidad teatral a llenar, a decorar. Tiempo y espacio sólo existen cuando son creados y sentidos, fuera de estas experiencias no son nada, palabras vacías.
El escenógrafo de Wilson en The Civil Wars, Tom Kamm, describe su filosofía: "un set de Wilson es un lienzo para que la luz golpee como pintura". Él continúa explicando que "Si usted sabe iluminar, puedes hacer parecer que mierda luzca como oro. Yo pinto, construyó, compongo con la luz. La luz es una varita mágica”. Wilson es "el único director principal para obtener facturación como diseñador de iluminación" y es reconocido por algunos como "el más grande artista de luz de nuestro tiempo". Lo más provocador sobre su iluminación es el hecho de que está destinado a fluir en lugar de un modelo prendido-apagado, lo que hace su iluminación "como una partitura musical". Los diseños de iluminación de Wilson también disponen de "texturas densas y palpables" y permitir " personas y objetos para saltar sobre el fondo". En su diseño para Quartett, Wilson utilizó 400 señales de luz en un lapso de sólo noventa minutos. Él es un perfeccionista en muchos aspectos, nunca pone punto final hasta que todos los aspectos de su visión se logran. Un monólogo de quince minutos en Quartett le tomó dos días iluminar, mientras la operación de una sola mano tomó cerca de tres horas. Esta atención al detalle sin duda demuestra su devoción a la importancia de la iluminación, lo que refuerza la idea de que, a Wilson, "la luz es el actor más importante en el escenario".
OBRAS:

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