lunes, 23 de mayo de 2016

Volviendo a los inicios

Tras varias correcciones, nos dimos cuenta que nuestro tema y la forma de encararlo no estaba respondiendo a algo propio y particular. No podíamos justificar por qué contar ese tema y no otro, que nos motivaba profundamente para realizar el trabajo de todo un año. Por lo tanto, replanteamos a consciencia qué es en verdad lo que queremos contar.

Nos distanciamos algunos días, para que cada una de nosotras pueda hacer una mirada introspectiva cuestionando qué es lo que queremos contar, qué queremos decir acerca de qué y por qué ese tema y no cualquier otro. Que lo hace especial para uno como individuo.

Personalmente, me plantee a conciencia por qué me asombraba tanto el mundo de los recuerdos; qué sucede en ese proceso que tanto capta mi atención, y por qué quisiera compartir algo de eso con el resto de las personas.

Nos volvimos a encontrar, desde cero, debatiendo y compartiendo inquietudes, y luego de una larga charla volvimos nuevamente al tema inicial. Los recuerdos. Pero esta vez, desde otra perspectiva. Surgió en la mesa el concepto de olvido. Cómo uno se aferra mediante los recuerdos a aquello que no quiere perder, y cómo inevitablemente por su definición entra el olvido a cubrir esos espacios donde antes había recuerdos, diluyendo algunos o haciendo más fuertes a otros.

Planteamos cómo los recuerdos moldean la identidad, cómo construimos nuestras personalidades, somos quién somos a través de las vivencias que poseemos como background, "nuestras mochilas" de experiencias. Muchas vivenciadas en nuestras mentes con mucho nivel de detalle, otras construídas mediante fotos o videos, los cuales de chicos vimos y reconstruimos situaciones con esos materiales más la oralidad transmitida por nuestra familia de aquello que sucedió. Pero cómo darnos certezas, cómo poder aferrarse a una construcción hecha mediante registros, cuando esos mismos registros son modificables, se pueden alterar.

En este punto queremos indagar. Cómo por nuestro género, tiempo, contexto utilizamos ciertos registros para percibir al mundo, luego esos registros se convierten en recuerdos cuando les asignamos un valor simbólico; y luego esos recuerdos se convierten en identidad al incorporarlos como parte de nuestro ser.

No hay comentarios:

Publicar un comentario